En el cannabis se encuentran presentes distintos principios activos, de los cuales el principales el D9-Tetrahidrocannabinol (THC). Las cantidaes de THC varían según la variedad de planta y de la presentación del producto.
Derivados del Cannabis | Contenido de THC
- Marihuana de 0,5% A 24% Aprox.
- Hachís de 10% a 20% Aprox.
- Aceite de Hachís de 15% a 60% Aprox.
El THC es el compuesto más psicoactivo aunque la proporción respectiva que haya de los otros cannabinoides puede modular o disminuir el propio efecto del THC. De esta manera hay materiales que son más narcóticos y otros que son más estimulantes o psiquedélicos, aunque tengan la misma cantidad de THC.
Propiedades: el THC se consume habitualmente fumado por lo que sus efectos se experimentan rápidamente. Entre sus efectos principales destacan sentimientos de relajación, risa incontrolable, aumento de la apreciación de la música y de los sentidos, reducción de las náuseas y del dolor, disminución de la percepción de fatiga muscular y aumento de la creatividad. También aparece aumento del apetito, enlentecimiento general, ojos rojos, sequedad de boca y dificultades para pensar claramente y para seguir conversaciones.
Posología: la dosis depende de cada persona, del nivel de tolerancia que haya desarrollado a la sustancia (esto es, lo que uno se haya “acostumbrado” al cannabis), de su estado físico y de la propia sustancia. Cuando se consume por primera vez, se recomienda consumir poco (2-3 caladas poco intensas) y decidir sobre el efecto producido. La dosis, también, depende del material que se esté consumiendo. Las cantidades de THC varían según la presentación del producto. En la actualidad, las marihuanas de autocultivo suelen contener más THC que el hachís de venta en la calle cuya calidad y pureza es extremadamente variable. Atención en estos casos pues las dosis deberían de ser más pequeñas, sobre todo en consumidores acostumbrados a materiales más suaves que son más habituales en el mercado callejero.
Contraindicaciones: si se ha de conducir y/o manejar maquinaria peligrosa. El cannabis reduce nuestra habilidad para conducir y, mucho más, si se mezcla con alcohol. En niños, mujeres embarazadas y mujeres en periodo de lactancia. Si se padecen enfermedades del corazón y/o pulmonares, diabetes, asma, hipertensión (tensión arterial alta) o epilepsia. Si se padece algún tipo de trastorno psicológico o se está pasando por una mala racha. En personas predispuestas el cannabis puede precipitar/agravar un trastorno psicótico subyacente. También debe evitarse su consumo si se está recibiendo cualquier tipo de medicación.
Precauciones: el consumo continuado de cannabis lleva a un aumento de la tolerancia al THC. Por tanto, cada vez se necesitará más dosis para conseguir los efectos que antes se conseguían con menor cantidad. Al aumentar la dosis, por tanto, aumentan también los riesgos. Aunque no se ha descrito un síndrome físico de abstinencia al dejar de consumir cannabis, puede producirse en consumidores habituales una habituación psicológica a la sustancia que puede hacer que, para estas personas, sea difícil dejar de consumir. Una buena forma de evitar esto es reservar el consumo para las ocasiones especiales y tratar de evitar, en la medida de lo posible, un consumo frecuente. Se han descrito complicaciones respiratorias (irritación bronquial y pulmonar) tras un consumo continuado de cannabis. La posesión o su consumo en lugares públicos están penados por la ley.
Efectos secundarios: el consumo de cannabis puede producir pánico, paranoia, sequedad de boca, problemas respiratorios, nerviosismo y aumento de la tasa cardiaca. También puede producir reducción en la capacidad de concentración, cansancio y confusión. Es importante tener en cuenta estos efectos sobre todo si tenemos que realizar tareas que requieran de nuestra atención y concentración (por ejemplo, si tienes que estudiar o trabajar).
Interacciones: en general se recomienda ser cuidadoso a la hora de mezclar diferentes sustancias psicoactivas. En el caso del cannabis, la combinación con alcohol puede aumentar la probabilidad de sufrir lipotimias y vómitos. El cannabis podría potenciar el efecto de los alucinógenos. Por tanto, su combinación puede conducir a una experiencia demasiado fuerte que puede convertirse en desagradable.
Intoxicación: aunque la intoxicación por cannabis no es frecuente, si pueden aparecer determinados problemas fundamentalmente de orden psicológico, principalmente ataques de pánico. Ante esta situación se recomienda colocar a la persona en un lugar tranquilo, no dejarla sola en ningún momento y, mediante frases tranquilizadoras, lograr que poco a poco vaya recuperando la normalidad. Suele ser útil recordarle que pronto pasarán todos los síntomas y que no debe preocuparse por ellos. Un consumo elevado de cannabis, consumirlo con el estómago vacío, las primeras veces que se consume o mezclarlo con alcohol también puede provocar bajadas de tensión, mareos y vómitos. En ese momento, puede ser necesario tumbar a la persona, con las piernas levantadas y la cabeza inclinada hacia un lado por si sobreviene el vómito. Una vez que la persona ya se ha recuperado, puede ser útil tomar alguna bebida rica en azúcares y sales tipo bebida isotónica.
Presentación: el cannabis suele presentarse, habitualmente, como hachís (preparado con la resina de la planta) o como marihuana (cogollos o floraciones). Además, recibe popularmente distintos nombres: porros, canutos, petardos, maría, hierba, etc.
EL CONSUMIDOR RESPONSABLE DE CANNABIS
EL USUARIO:
-Es mayor de edad.
-Conoce el cannabis. Está informado de sus principales características y riesgos.
-Reconoce que hay diferentes formas de usar el cannabis: sabe que el abuso de sustancias puede ser un problema y cuida su consumo para evitar usos problemáticos y abusos.
-Es consciente del uso que realiza en cantidad, frecuencia, sentido del consumo, etc.
-Cuida la repercusión que el cannabis tiene sobre su salud física, psicológica y social. De forma que el consumo no agrava ni mantiene ningún tipo de trastorno, como pueden ser problemas psicológicos, psiquiátricos, respiratorios o cardiovasculares.
-No se oculta en su refugio cannábico. Ha desarrollado habilidades y estrategias de afrontamiento ante diferentes situaciones.
-El usuario se conoce a sí mismo, conoce los motivos y la función que el consumo tiene en su vida.
– Reduce y minimiza hasta un nivel aceptable las posibles repercusiones sobre la salud o la aparición de consecuencias negativas. Mantiene bajo control los eventuales efectos adversos que el consumo puede provocar.
-Respeta las actividades y las relaciones cotidianas del día a día. El consumo no interfiere con las responsabilidades y las tareas cotidianas.
-Cada consumo tiene su momento y su contexto. Planificar y racionalizar tus consumos puede ser una manera de disfrutar más de la experiencia y de cuidar tu salud.
EN EL ÁREA DE LA SUSTANCIA
EL CANNABIS
El consumidor responsable de cannabis:
-sabe lo que consume. Conoce las características del cannabis que tiene en sus manos.
-consume cannabis 100% sin nutrientes químicos o pesticidas.
-elige consumir la variedad y la potencia más adecuada a su momento y situación personal.
-se cuida de no mezclar diferentes tipos de drogas ya que las mezclas pueden incrementar mucho la potencia y efectos de las sustancias.
-suele realizar paradas habituales en el hábito de fumar. Un tiempo al año. Recuerda que fumar menos es disfrutarlo más.
-toma precauciones si va a ingerir cannabis por vía oral.
-evita comprar cannabis en la calle, que en buena medida está adulterado y evita alimentar el narcotráfico.
EN EL ÁREA DEL CONTEXTO SOCIAL- LA CIUDAD
EL consumidor responsable de cannabis:
-Respeta los derechos de los demás. Sean fumadores o no.
-Desanima a los menores y a las personas con problemas psiquiátricos a que consuman sustancias.
-Evita problemas legales derivados del consumo, no consume en lugares públicos, no compra en la calle.
-Mantiene su actividad cotidiana habitual independientemente de su uso de cannabis.
-Mantiene el consumo alejado de lugares de estudio, de trabajo, o al conducir vehículos.
-Si viaja al extranjero no lleva cannabis y se informa de la situación de legalidad del país de destino.
-Pide ayuda especializada si el consumo se le escapa de las manos o le genera problemas.
-Pertenece a un club de consumidores que le proporciona garantías de calidad de la sustancia, le ayuda en un marco de protección legal y le orienta a un uso responsable de la sustancia.
EL CONSUMIDOR RESPONSABLE AUTORREGULA SU CONSUMO:
-Realiza reflexiones periódicas sobre su relación con la sustancia, la repercusión del consumo y sus posibles riesgos.
-Reconoce que puede haber usos problemáticos, abuso y dependencia al cannabis. También reconoce que hay personas que por circunstancias personales no deberían consumir.
-Tiene claros unos objetivos relacionados con el consumo, que lo previenen de usos inadecuados, y toma medidas para cumplirlos.
– Establece y tiene claros unos límites personales que lo alejan de usos problemáticos.
-Mantiene el control sobre sí mismo y sobre lo que hace al consumir. Sabe sus prioridades en la vida y supedita el consumo a sus intereses vitales.
DECIDE CONSUMIR O NO, TENIENDO EN CUENTA:
-Su situación personal, su estado anímico y mental, ya que influyen mucho en cómo le afecta la sustancia, por lo que ante estados de ánimo y/o psicológicos negativos, pospone el consumo.
– Si es el lugar apropiado para usar cannabis o no. En base a la situación legal del cannabis, presencia de niños, etc.
-Decide si es el momento personal apropiado para usar cannabis. Según lo que tiene que hacer, con quién, etc.
-No usa el cannabis para evitar afrontar responsabilidades, o para eludir tomar decisiones.
-El consumo no bloquea ni inhibe el desarrollo personal o las potencialidades del usuario.
-Dosifica la sustancia de forma adecuada a sus intereses, el entorno y a su salud.
-Sabe reconocer cuando ha consumido suficiente y decide parar.
-No tiene duda en decir NO CUANDO NO SON LAS CONDICIONES adecuadas:
-No consume estando embarazada o en la lactancia.
-No mezcla responsabilidades y consumo.
-No consume en la escuela ni en el trabajo ni al conducir vehículos
-Detiene el consumo si aparecen problemas que se agravan o mantienen con el uso
– Es capaz de abandonar el consumo por un tiempo, si así se lo propone.
– Sabe disfrutar y pasarlo bien consumiendo o sin consumir. Tiene alternativas saludables al consumo.
– Consume por el placer derivado y no para evitar el displacer del no consumo.