Incluso un aumento a corto plazo en el consumo resultará en 8.000 muertes adicionales por enfermedad hepática para 2040, proyectan investigadores del Hospital General de Massachusetts
Se espera que el aumento del consumo de alcohol durante la pandemia de COVID-19 cause 100 muertes adicionales y 2800 casos adicionales de insuficiencia hepática para 2023, según un equipo de científicos dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH).
Los resultados develados por la nueva investigación, publicada en la revista Hepatology, arrojaron que un aumento de un año en el consumo de alcohol durante la pandemia provocará 8.000 muertes adicionales por enfermedad hepática relacionada con el alcohol. Los investigadores también proyectaron 18.700 casos de insuficiencia hepática y 1.000 casos de cáncer de hígado para 2040.
“La pandemia de COVID-19 ha tenido muchas consecuencias no deseadas con un impacto desconocido a largo plazo. Nuestro estudio de modelado proporciona un marco para cuantificar el impacto a largo plazo del aumento del consumo de alcohol asociado con COVID-19 e iniciar conversaciones para posibles intervenciones”, aseguró en un comunicado de prensa el doctor Turgay Ayer, coautor del estudio que proyectó tasas de enfermedad hepática y muertes asociadas con el aumento del consumo de alcohol durante la pandemia.
Los investigadores simularon las tendencias de la enfermedad hepática y las trayectorias de bebida en todos los adultos de los Estados Unidos mediante el uso de datos recopilados de una encuesta nacional de adultos sobre sus hábitos de bebida, que mostró que el consumo excesivo de alcohol aumentó en un 21 % durante la pandemia de COVID-19.
Los autores compararon estos resultados con un escenario contrafactual en el que no hay cambios en los patrones de consumo de alcohol y no se produce COVID-19, según el estudio. Así, descubrieron que un aumento sostenido en el consumo de alcohol durante más de un año podría resultar en una mortalidad adicional del 19 al 35%.
El autor principal de la investigación, el doctor Jagpreet Chhatwal, director asociado del Instituto de Evaluación Tecnológica del MGH y profesor asistente de radiología en la Facultad de Medicina de Harvard, dijo en un comunicado de prensa que “los hallazgos resaltan la necesidad de que las personas y los legisladores tomen decisiones informadas para mitigar el impacto del consumo de alcohol de alto riesgo durante la pandemia de COVID-19″.
Los investigadores esperan que el estudio pueda ayudar a “impulsar las conversaciones necesarias sobre cómo responder a los mecanismos de afrontamiento, muchos cambios de comportamiento y opciones que tienen efectos a corto y largo plazo en el salud de las personas, familias y comunidades”.
Desde el inicio de la pandemia por el coronavirus y las restricciones para circular en las ciudades para desacelerar la transmisión por el mundo, se advirtió que el consumo de sustancias tóxicas podía aumentar y perjudicar a la salud de las personas. Pero también la pandemia generó situaciones de angustia, ansiedad, y depresión, que en algunos casos se asociaron con un aumento del consumo excesivo del alcohol. Investigadores en hepatología de la Universidad de Michigan, detectaron que han crecido los registros de personas que sufren hepatitis alcohólica que requieren trasplantes de hígado como tratamiento en los EEUU.
La necesidad de trasplantes de hígado por el consumo excesivo de alcohol se disparó durante la pandemia, según informó el grupo de investigadores en la revista JAMA Network Open. Encontraron que el número de personas que se sometieron a un trasplante de hígado o se pusieron en lista de espera por la hepatitis alcohólica fue un 50% mayor de lo que se preveía según las tendencias previas a la pandemia.
La hepatitis alcohólica es una inflamación del hígado por el consumo de alcohol. Es más probable que ese tipo de hepatitis se presente en personas que beben en abundancia durante muchos años. Sin embargo, no todas esas personas desarrollan hepatitis alcohólica, y la enfermedad también puede presentarse en personas que beben moderadamente.
En el estudio, los investigadores compararon el número de nuevas personas que se registraron en la lista de trasplantes de órganos de EEUU entre marzo de 2020 y enero de 2021 con las cifras previstas que se basaban en los datos anteriores a la pandemia. También examinaron los registros nacionales de ventas mensuales de alcohol al por menor entre enero de 2016 y 2021. Los resultados sugirieron una correlación positiva entre el aumento del número de personas en lista de espera para recibir un hígado por donación debido a la hepatitis alcohólica y el aumento de las ventas minoristas de alcohol durante la pandemia.
Entre marzo de 2020 y enero de 2021, los investigadores observaron que 51.488 personas más se pusieron en lista de espera para recibir un hígado y que se realizaron 32.320 trasplantes de hígado debido a la hepatitis alcohólica. El número de personas que necesitaron un trasplante de hígado por cualquier otra razón fuera de la hepatitis alcohólica se mantuvo más o menos igual.
“Aunque no podemos confirmar la causalidad, este aumento desproporcionado en asociación con el aumento de las ventas de alcohol puede indicar una relación con los aumentos conocidos en el uso indebido del alcohol durante COVID-19″, escribieron los investigadores. “Este estudio aporta pruebas de un aumento alarmante de (la hepatitis alcohólica) asociado con el aumento del consumo indebido de alcohol durante COVID-19 y pone de relieve la necesidad de intervenciones de salud pública en torno al consumo excesivo de alcohol”, concluyeron.