Terapia grupal con alcohólicos, sujetos dependientes de sustancias psicoactivas e hijos adultos de alcohólicos por el Lic. Martín Habib.
Ficha de trabajo N°2
- Las personas alcohólicas o dependientes de sustancias no pueden beneficiarse de la terapia a menos que dejen de consumir dichas sustancias químicas. Esta afirmación ha institucionalizado el tratamiento de la adicción, a la vez que vez que ha creado una filosofía del tratamiento completamente independiente de los abordajes tradicionales de las problemáticas psicológicas.
- La adicciones constituye, de por sí, una enfermedad y la abstinencia es la única cura de la adicción.
- Antes de este cambio radical en la filosofía del tratamiento, se consideraba que los conflictos intrapsiquicos y las dinámicas interpersonales eran los factores causales de la adicción.
- El concepto de enfermedad ha cambiado. Depresión, ansiedad y patología de carácter se consideran ahora síntomas, en vez de causa, de la adicción. Los especialistas en adicciones han descubierto que, una vez que se persuade a los sujetos dependientes del alcohol u otras sustancias de abstenerse de su consumo, los síntomas desaparecen completamente, o disminuyen sustancialmente.
- La mayor parte de la psicopatología que se observa en el alcohólico es el resultado y no la causa del abuso del alcohol.
- En la actualidad es raro encontrar una persona con trastornos de alcoholismo, especialmente si es menor de 30 años que no consuma simultáneamente otras sustancias. La adicción múltiple, en la que se deja de consumir una sustancia para sustituirla por otra, es la situación más frecuente en personas con trastornos relacionados con el alcohol y otras sustancias psicoactivas.
- El terapeuta debe estar al tanto de las importantes diferencias que presenta un paciente, alcohólico o dependiente de otras sustancias, que está en una etapa temprana de la recuperación frente a otro que cuenta con seis meses de abstinencia. La intervención de un terapeuta grupal con un paciente ingresado que está en los primeros días de su recuperación, es bastante distinto de lo que se hace con la misma persona después de seis meses de tratamiento.
- Los pacientes que presentan abuso del alcohol u otras sustancias no suelen responder a los terapeutas grupales pasivos, ni a estrategias que no impliquen una buena dosis de gratificación, apoyo y responsavidad. El terapeuta grupal debe ser más activo y gratificante que en un grupo de pacientes no adictos.
- Establecer un clima de frustración óptima implica un equilibrio delicado, necesario para asegurarse de que las necesidades de dependencia del paciente se satisfacen suficientemente, hasta que éste es capaz de internalizar el control sobre sus propias emociones e impulsos destructivos.
- Algunos autores (Brown, 1985; Wallace, 1975) sugieren que el primer año de tratamiento se concentre exclusivamente en la abstinencia y en la conciencia de enfermedad.
- Algunas de las potencialidades curativas de importancia que ofrece el grupo:
- Apoyo positivo y presión para mantener la abstinencia por parte de los demás participantes
- Identificación recíproca y oportunidad de experimentar que no se encuentran solos en la lucha contra su obsesión compulsiva por el consumo de sustancias químicas
- Oportunidad de comprender sus propias actitudes y su negación de la adicción al tener la oportunidad de confrontar actitudes y defensas similares en otros pacientes
- Aprendizaje experiencial que conlleve la idea de que la abstinencia tiene siempre primacía, potenciando que el paciente asuma su identidad como alcohólico o adicto
- Identificación, cohesividad, esperanza y apoyo en un encuadre definido y estructurado con límites precisos que favorecen la distinción entre las consecuencias que son responsabilidad del paciente (esto es, tomarse la primera copa) y aquellas de las que no son responsables (esto es, la propia enfermedad de la adicción)
- La oportunidad de tomar conciencia de cómo sus estilos caracterológicos interpersonales obstaculizan su capacidad de establecer relaciones sanas y gratificantes con los demás
Las dificultades para establecer y mantener relaciones interpersonales sanas son particularmente importantes, dado que esta incapacidad es uno de los más importantes factores que contribuyen a las recaídas y vuelta al consumo de sustancias.
- Durante los primeros meses de abstinencia, los pacientes se encuentran dañados cognitiva y psicológicamente y, por lo tanto, no pueden responder más que a los componentes más rudimentarios de la terapia (Flores, 1988).
- Hay un rechazo inicial, por parte de los pacientes, a considerar que el consumo de sustancias es la causa principal de sus dificultades emocionales y conductuales.
- Propensión a recaer en el consumo cuando la ansiedad o depresión se eleva demasiado rápido, por encima de los niveles que pueden tolerar.
- Hay muy pocos pacientes adictos que entren en el grupo por voluntad propia. Al inicio de su integración se encuentran bajo una presión externa que procede de sus familias, empleadores, juzgados o se ven obligados, debido a los problemas de salud física relacionados con el consumo.
- Los pacientes que se resisten abiertamente generalmente son más fáciles de tratar que los que cumplen de forma pasiva.
- La mayoría de los pacientes con problemas de adicción presenta niveles cambiantes de motivación para la abstinencia del consumo, especialmente durante las primeras etapas del tratamiento.
- El terapeuta debe evitar las confrontaciones destructivas o improductivas.
- El motor básico del tratamiento de los pacientes adictos consiste en llevarlos a que perciban y comprendan la relación que hay entre sus dificultades actuales en la vida diaria y el consumo de alcohol o drogas.
Por Lic. Martín Habib
Psicoterapeuta de grupo de Dispositivo Pavlovsky
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