La propuesta Ambulatoria del Dispositivo Pavlovsky (DP) tiene como objetivo asistir y acompañar a personas con consumo problemático de sustancias ofreciendo distintos programas de tratamiento según el motivo de consulta y situación actual del consultante.
La diversidad de trayectorias de recuperación y experiencias de usuarios nos invita a diversificar propuestas terapéuticas que se ajusten a las necesidades de los consultantes y promuevan la accesibilidad y permanencia en espacios terapéuticos.
La recuperación, desde la perspectiva del DP, implica un proceso de transformación personal, donde se requiere tiempo, desarrollo de habilidades, identificación de aspectos a abordar terapéuticamente y su profundización, con ayuda profesional. El abordaje de aspectos vinculares y experiencias traumáticas requieren de ciertas condiciones, entre ellas y fundamentalmente, la lucidez mental propia de la sobriedad, permite profundizar en temáticas difícilmente abordables en momentos de intoxicación.
Así como el dispositivo grupal es una herramienta imprescindible en los procesos de recuperación, de acuerdo a nuestra experiencia, consideramos que hay etapas para acentuar un camino de exploración personal. Este abordaje individual, puede articularse con nuestra amplia propuesta de espacios grupales y actividades, en aquellos pacientes que lo elijan, pero ya no como un requerimiento del encuadre terapéutico.
Los pacientes que pueden ingresar:
a) aquellos que han concluido el TAI (cierre luego de 24 meses y/o consensuado con el equipo)
b) pacientes externos que desean realizar la propuesta como una opción de mantenimiento (previa evaluación del equipo de admisión)
c) Pacientes provenientes de otros programas del DP, que se encuentran en abstinencia de la droga que motivó la consulta (al menos de 6 meses como tiempo)
d) Pacientes que en el proceso de evaluación, señalan su preferencia por un abordaje con acento en el trabajo individual (pero deben cumplir al menos 6 meses de sobriedad).
Se trata de una experiencia de 12 meses renovable, para trabajar aquellos aspectos que afloran una vez que logramos despejar la variable del consumo.
Es criterio de exclusión el consumo ACTIVO de la droga problema que llevó al paciente a la consulta.
Un espacio para explorar la naturaleza de nuestros vínculos, nuestro estado emocional sin utilizar sustancias psicoactivas, como disfrutamos nuestra vida, la sexualidad en sobriedad, el mundo del trabajo, aprender a tolerar las emociones intensas sin anestesiarlas o amplificarlas, la dinámica de nuestra pareja, la relación con la familia, elaborar experiencias traumáticas, entre otros temas importantes
Se trata de un espacio temporal para profundizar en nuestro proceso de conocimiento personal.
Se dará una importancia central al espacio de terapia individual.
Si el paciente no logra sostener su abstinencia, será derivado nuevamente a uno de los programas del dispositivo focalizado en consumos problemáticos.
En esta etapa de trabajo, se sugiere (aunque no es obligatorio) un nuevo terapeuta al paciente, para renovar puntos de vista, perspectivas, en la medida que existe una renovación y reestructuración de los objetivos y metas.
Se alentará a los pacientes a participar de experiencias grupales como una estrategia útil para la prevención de recaídas.
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